viernes, 3 de febrero de 2012

Conferencia: Antropocentrismo y humanismo pedagógico. El ser humano como punto de partido y destino final del proceso educativo.


Nota: El treinta y uno de enero del dos mil doce hablé ante más de ochocientas personas en el marco del 5º Congreso Nacional de Educación y 3er Encuentro Nacional de Padres y Maestros Regional del Estado de México. Los organizadores me pidieron que dictara una conferencia (para mí es muy pretensioso considerarse así y mi intensión fue mucho más modestasobre el Tema 3: "El estudiante como centro del proceso educativo". Sobre mi duda de quienes asistirían recibí por respuesta, mayoritariamente padres de familia.  Tengo por costumbre tener en mente al auditorio a quien me dirijo al escribir mis notas cuando asisto a este tipo de eventos. Intento dirigir mi mensaje en la medida de lo posible al público asistente con la mayor especificidad y claridad. Hablar  con padres de familia es tener una gran diversidad de perfiles profesionales y expectativas personales. Me preocupé al saberlo y mentalizarlo. Pensé mucho en que decir y como decirlo. Invertí muchas horas en ello. Por ello mi satisfacción fue mayúscula al ver su atención durante mi intervención e interés en su participación cuando terminé de hablar. Me retroalimentaron y aprendí de ellos. Fueron nobles y generosos. Valió la pena. Me sentí satisfecho, por un lado por ello aunque insatisfecho porque me hubiera gustado haberlo dicho mejor. A continuación transcribo el texto que preparé aunque debo mencionar que a lo largo de la plática lo enriquecí con algunas anécdotas no contempladas aquí. A quienes me pidieron compartirlo, aquí se los dejo. Agradezco a quienes me invitaron y, sobre todo, a quienes me escucharon. 


Antropocentrismo y Humanismo Pedagógico 

El ser humano como punto de partida y destino final del proceso educativo



Palabras Iniciales

Hola, muy buenos días a todos:
Atizapán de Zaragoza. El Teatro Zaragoza, espléndido marco. Me trae muchos recuerdos el estar aquí. ¡Cuando llegué a esta tierra generosa en oportunidades, el Estado de México! Aquí me inicié como profesor en 1983. ¡Ya veo lejos el horizonte! en 1985, cuando me asenté en este municipio. Añoranzas… de ese tiempo pasado y muy hermoso que me dejó además sus frutos.
 
Agradezco a los organizadores el invitarme a participar en Este 5º Congreso Nacional de Educación y 3er Encuentro Nacional de Padres y Maestros en su etapa municipal y regional. El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación ha impulsado esta destacada iniciativa. Con una visión de futuro se tomó la acertada decisión de llevarlos a cabo pensando en la profesión docente, en los profesores y en sus representados. Este Congreso de Educación se ha constituido como un espacio de reflexión y debate sobre la materia de trabajo de los docentes. La formación del ser humano y sus implicaciones en el trabajo docente.


Introducción
En esta ocasión pretendo compartir con ustedes algunas reflexiones acerca de la educación actual. Específicamente sobre la educación y sus entornos o entornos educativos, así en plural. Por entorno entiendo lo que rodea, lo que está alrededor de la educación. Tengo la expectativa de hacerlo analizando cinco tópicos. Primeramente, sobre el concepto educar y su relación con algunos otros como cultura, ciencia, técnica. En segundo término, hablaré del entorno sociocultural actual. Como tercer punto, el entorno familiar. El entorno escolar, será el penúltimo. El último aspecto lo titulo: Antropocentrismo y humanismo pedagógico para la educación actual o mejor dicho, dejaré la interrogante para el auditorio: ¿Se requiere un neoantropocentrismo y un neohumanismo para la educación actual? Para concluir mi participación recapitularé, a manera de una síntesis muy apretada lo aquí he abordado. Sin más preámbulo, doy inicio a mi participación.

I La educación y sus entornos
Educar a las personas… Conducirlas, guiarla, orientarlas. Implica extraerles lo mejor de ellas como seres humanos. Desarrollar sus potencialidades y ponerlas al servicio de la sociedad. Educar al ser humano es potenciar todas sus capacidades, ir perfeccionándolas al entorno en donde se desenvuelve.

A lo largo de la historia, el hombre ha moldeado la naturaleza para adaptarse de la mejor manera a ella. Durante este proceso el hombre ha profundizado en el conocimiento de la naturaleza, de las cosas de sus ser y de la sociedad en donde convive. Ha hecho ciencia, ha creado formas y procederes para el domino de la naturaleza. Ciencia y técnica.

El hombre es un ser social por naturaleza, se desenvuelve en grupos, en grupos sociales. Ha creado sociedades, ha formado entidades para gobernarse. Ha constituido el Estado-nación. El hombre ha dejado huella de su devenir histórico.  A esas manifestaciones de su estancia sobre la faz de la tierra se les denomina cultura. Él ha generado cultura. Dominar la naturaleza a través de la cultura para la supervivencia humana, para preservar su especie.

Educar es un proceso de asimilación cultural, moral y conductual. Educar es fundamentalmente un proceso en el cual las generaciones humanas con mayor experiencia (acumulación de hábitos y destrezas y no sólo un simple cúmulo de experiencias formativas) le inculcan a las generaciones jóvenes su patrimonio cultural. Parte de este patrimonio cultural es la ciencia. Educar es ciencia y es arte. Pedagogía y Educación. Pensamiento y acción. Pensamiento pedagógico y acción educativa. Para educar se requiere algo más que un simple deseo o la buena voluntad de hacerlo. Educar requiere de sabiduría, de sapiencia, de experiencia, de conocimiento, de técnica.

El acto de educar tiene una profunda relevancia social, tanto que el Estado es el encargado de garantizarla. Asume con ello, proveer todo lo necesario para cumplir con sus fines. El Estado ha creado instituciones, estructura para impartirla. A partir de ahí, se define la concepción misma, sus propósitos, principios, formas. Una educación con sentido humano y social. Y también, de esta manera, el Estado-nación asume los compromisos inherentes a ello.

La evolución de la especie humana trae consigo la necesidad de educar de acuerdo con su entorno. No todas las sociedades son iguales ni siempre han sido así. El contexto determina en buena medida la forma en cómo educar a los sujetos.  El tipo de persona requerido para el tipo de sociedad definido. El Estado tiene la atribución de educar a las personas para una sociedad específica. De ahí la trascendencia histórica y social de la educación.

El hombre modifica su entorno y, a su vez, se ve afectado por él. El hombre es y su contexto, como lo mencionó el filósofo Ortega y Gasset.

Resalto, antes de continuar, los conceptos claves que someramente he pretendido desarrollar. Cultura, sociedad, ciencia, técnica, educación. Pretendo destacar el sentido de la educación. El para qué de la educación. Los fines y las razones de educar.  A continuación me enfocaré al tipo de educación necesaria según las características de nuestra sociedad actual.

II El entorno socio-cultural
¿Cómo es nuestra sociedad actual?  Responder a esta pregunta requiere de muchas horas de análisis, de debate sobre diversas perspectivas de grandes filósofos, científicos, antropólogos, educadores. No agotaré la respuesta. Es más ni intentaré hacerlo.  Sólo referiré algunos hechos sociales, culturales, científicos distintivos y propios para el propósito de esta charla.

Como lo mencioné hace algunos momentos. El hombre es un ser social por naturaleza. Hay que imbuirle el profundo significado de ello. Hay que mostrarle el camino de cómo vivir en sociedad, de convivir con el resto de los seres humanos. Esto implica entender y comprenderlos. Ser tolerante ante las diferencias. Ante las diversas miradas del mundo. Ante las distintas concepciones y diversos comportamientos. Los comportamientos son regulados y reguladores sociales. Se orientan moralmente. Deben procurar el bien. Hay valores universalmente aceptados. Desde mi particular punto de vista, de todos ellos, hay algunos que considero debe fortalecerse su introspección social. Por ejemplo, la tolerancia y el respeto por los demás y a sus ideas. Buscar una convivencia armónica. Muchas de las confrontaciones entre los diversos grupos humanos se deben, en buena medida, por la incapacidad de comprender al otro, de ser empático. De ponerme en sus zapatos o entender sus necesidades. Ello requiere conocerse a sí mismo y evitar posturas egoístas. Excluir de nuestras pretensiones el utilizar a los demás para fines personales. Buscar siempre y en todo momento el bien social. El trabajo en equipo es fundamental. Formar grupos de trabajo es una de las necesidades identificadas en la convivencia humana.

El hombre ha inventado un sinfín de formas, métodos, técnicas, instrumentos, tecnologías para comunicarse. Medios de comunicación. Aunque la tecnología está puesta al servicio del hombre le corresponde a él su apropiado uso. Hoy en día existen tecnologías tan sofisticadas como la telefonía, la televisión, la radio, por mencionar solamente algunas de ellas. Otras de gran alcance y actualidad en donde convergen prácticamente todas estas redes de telecomunicación es: Internet.

Veo con tristeza, que también, las redes sociales son utilizadas para enviar y compartir mensajes con contenidos agresivos que dañan la dignidad de las personas. Sin embargo, es importante que tengamos en cuenta que usar las redes sociales para el bienestar humano y social también es parte de la condición de humanidad y convivencia con el otro. Nos hemos preocupado en enseñar la técnica de uso y hemos dejado de lado los fines de su uso.

La resolución de conflictos hoy en día es necesaria y útil en diversos entornos sociales. Hoy se aprecia de igual manera a quienes tienen la capacidad de comprender los problemas como a quienes tienen la manera de resolverlos. Resolver implica conocer y comprender el problema. Aunque por naturaleza y tradición somos más proclives a lo primero.

Las palabras que intento resaltar son los valores individuales, convivencia social, entornos sociales cambiantes, la necesidad de resolver problemas y la importancia de las redes de telecomunicaciones, conocidas hoy como la Tecnologías de la Información y la Comunicación  como unos de los rasgos a considerarse en la educación de las personas. sin embargo, este análisis resulta somero por el poco tiempo de exposición con que se cuenta.

III El entorno familiar
De ahí la importancia de otro agente educador imprescindible: la familia. La familia se nutre de la importancia de las personas y de vivir en sociedad. Las razones fundamentales del ser. El propósito del ser humano en esta sociedad. La relevancia de la convivencia humana. El entorno familiar proporciona los valores y los principios fundamentales. Los cimientos axiológicos para desenvolverse en sociedad. La educación en la familia es insustituible.

Para los pedagogos y psicopedagogos, los primeros años de vida son fundamentales para el desarrollo futuro del ser humano. Los miembros de la familia se apropian de valores, creencias, del sentido de la vida. Se les enseña a creer y querer a las personas. Es cierto también que, el concepto de familia se ha modificado con el paso de los años. Las familias tradicionales (papá, mamá e hijos) han cambiado, algunos psicólogos, han propuesto el concepto de familias muégano. Es importante señalar que el entorno social afecta, y en muchas ocasiones, negativamente al núcleo familiar, como también es cierto que, se educa para las emociones. Identificarlas, expresarlas, demostrarlas… sentirlas. El manejo de las emociones en ocasiones no es adecuado, incluso no es intencional, ni explícitamente. Es tácita y se parte del supuesto que los hijos tendrán la capacidad de interpretarlas adecuadamente, de interiorizarlas y proyectarlas. Estas emociones son la base del ser social. Muchos autores han investigado al respecto. Howard Gardner y Daniel Goleman son algunos de ellos. Desde el autoreconocimiento, la autoaceptación, la autoestima hasta la empatía, por mencionar sólo algunas de ellas. El conocimiento inter e intrapersonal, como lo señala Gardner, en su teoría de las inteligencias múltiples. Sería deseable que la familia incidiera en educar las emociones de sus hijos. Educar para las emociones. Distinguir entre la inteligencia racional y emocional. Según algunos estudiosos, la genética juega un papel importante en el tema de la inteligencia racional, y ante ello, poco puede hacerse. Al menos hasta este momento, quien sabe más adelante, dados los recientes avances científicos y tecnológicos sobre el genoma humano. La inteligencia emocional puede y debe desarrollarse. Aceptarnos como somos, como personas, aceptar a los demás, expresar tolerantemente nuestros sentimientos.

Pretendí en esta sección valorar la importancia de la familia en la formación del ser humano y en el desarrollo social. Valores, hábitos, emociones y sentimientos, son los conceptos distintivos de esta sección. Tampoco abundaré sobre ello.

IV El entorno escolar
En las dos secciones anteriores hablé del entorno social y del entorno familiar. Éstos inciden favorable o desfavorablemente en el entorno escolar.  La escuela es el punto de encuentro de lo social y de lo familiar. Y es ahí donde debieran conciliarse, armonizarse y enriquecerse estas visiones. Al no lograrse del todo surgen las tensiones. Esas tensiones han sido producto de un desencanto social y familiar ante la evidencia palpable de la necesidad de fortalecer la educación de los hijos, de los seres humanos. Existen muestras palpables de las realidades que afectan al buen desarrollo del ser humano y de la sociedad. El auditorio las ha vivido y las ha padecido. Muchas historias pudieran contarse al respecto. Problemas sociales como efectos de una mala educación. De una educación deficiente.

Quienes se encargan de producir la riqueza o que tienen que ver con el tema económico (empresarios, industriales, comerciantes) expresan el malestar por la pobreza cultural del capital humano que requieren. Demandan una mejor formación del ser humano. Y no sólo en los conocimientos que poseen o las técnicas que dominan sino también en las actitudes para afrontar retos y los valores implicados en ellos. La formación del capital humano necesario para la producción de la riqueza que a su vez provee los satisfactores necesarios que repercutirán en una mejor calidad de vida. Se requiere pues, mejores personas, profesionales bien formados como técnicos y como profesionales.

En este sentido,  las familias desean que sus hijos encuentren trabajo mejor remunerado, y aún se conserva la esperanza de la movilidad social, que ofrece la educación aunque los hechos digan lo contrario.

Los entornos sociales cambiantes exigen el desarrollo de ciertas habilidades (como trabajo en equipo, uso de las redes de telecomunicaciones, control de las emociones, valores como la tolerancia, el respeto y amor por los demás) sociales y científicas a las cuales se les conoce como competencias.

La explicación a una deficiente formación la encuentran en la escuela y en quien es parte de la cara del proceso educativo formal, el maestro. Se dejan de lado las acciones de los otros agentes educativos como los medios de comunicación, el entorno social y la familia. Y, se olvida también, la responsabilidad social del Estado en toda su extensión y magnitud.

Estos agentes educativos inciden  en mayor o menor proporción, directa o indirectamente, en la educación. Los ligeros análisis, poco profundos, encuentran la respuesta con salidas fáciles como una forma de evadir la corresponsabilidad de educar.  Y ante la confrontación y la repartición de culpas se olvida lo fundamental: el ser humano, las personas, los individuos.

V Antropocentrismo y humanismo pedagógico para la educación actual

¿Qué hacer ante ello?
En la filosofía griega, Sócrates y Platón contraponían su concepción del cosmos como algo estático y el hombre como sustancia racional. Lo cual deja de manifiesto la superioridad del hombre sobre el mundo. En la edad media se mantenía esta posición respecto al hombre y su relación con el mundo.  A esta idea se le conoce como antropocentrismo. En pedagogía, el antropocentrismo concibe al hombre como centro del quehacer educativo siendo además el punto de partida y el objetivo final del mismo.

Hace muchos siglos, entre el Siglo XIV y XVI aproximadamente, surgió un movimiento conocido como renacentismo. El movimiento renacentista partía de la premisa del re-nacimiento del ser humano. El renacer de un nuevo hombre. De conducirlo hasta la plenitud en su formación humana. En educación, el humanismo pedagógico buscaba la preeminencia de la teoría a la praxis. El humanismo no pretendía formar hombres para ocupar puestos sino formar hombres de prestigio (mostrar en sus actos ciencia y talento). Que el hombre se apropiara para sí de la libertad para forjar su destino. La renovación cultural humanista tuvo como eje de actividad las academias en donde se dieron lugar las prácticas efectivas de la educación y de la enseñanza, haciendo la educación práctica y natural, adoptar métodos atractivos frente a la férrea disciplina. Uno de sus muchos y reconocidos representantes del humanismo pedagógico fue Luis Vives quien de forma magistral definió la personalidad y funciones del educador. En el humanismo pedagógico se creía que la enseñanza debía ir irremediablemente unida a esta o no será tal.

Con este último apartado intento poner sobre la mesa de reflexión la importancia del retorno a lo fundamental. En este caso, ilustrado por el Humanismo Pedagógico. Puesto a tiempo,  las características de la sociedad actual conforme a este humanismo pedagógico o neohumanismo alimentaría filosóficamente la corriente educativa moderna por las coincidencias históricas. Le daría, sustento, contenido.

Estas ideas, a mi parecer, cobran vigencia después de tantos siglos. Cierto es que nuestra sociedad ha evolucionado y hay que contemporizarlas, actualizarlas. En este contexto, en México hace falta enfatizar en la educación temprana de los niños, en la educación inicial que comprende de los cero a los 3 años de edad. La educación básica ha venido reformándose desde lo pedagógico y lo educativo. Otras concepciones de la educación, enfoques, métodos, técnicas e instrumentos acordes a esas concepciones. El sistema educativo se ha visto afectado por ello. En nuestros días la propuesta se fundamenta en una educación basada en competencias. Donde el sujeto sea el centro de toda acción educativa informal (en la familia) o formal (en la escuela). Donde conjuntamente sociedad y familia puedan verse beneficiados de la acción escolar. Estos cambios, deben madurar, y por lo tanto, esperar a que de resultados. Son impensable cambios radicales en tan corto tiempo. En los sistemas educativos inciden muchas variables o factores que influyen en el aprendizaje de los alumnos. Algunos de ellos están bajo el control de los docentes y otros no. Debe existir una coordinación muy estrecha entre la familia y la escuela para alcanzar los resultados que incidirán en el desarrollo de la sociedad. El Estado deberá procurar esta buena relación al brindar las orientaciones y los recursos para ese fin.

De lograr que el ser humano sea el factor social de toda acción política, a través de políticas públicas pertinentes y apropiadas, se conseguirá que el niño lo sea en la familia y el alumno en la escuela, y los resultados vendrán por añadidura. El más afectado de una desarmonización entre estos tres actores, Estado, familia y escuela afectará, y está afectando, al sujeto porque en él recaen las acciones de ellos.

Consideraciones Finales
Por último, permítanme tan solo unos instantes breves de su atención para concluir mi participación. Hablé de lo que es la educación, de algunas características sociales a considerarse en la formación de los sujetos, de la importancia de la familia y su acción educadora en la promoción de valores y hábitos, el entorno escolar y el impacto de los resultados directos en la formación humana, y algunas ideas filosóficas y pedagógicas (antropocentrismo y humanismo pedagógico) como sustento educativo. Por último, mi intención es dejar de manifiesto la necesidad de armonizar estos entornos para cumplir con los fines educativos. De lo contrario, la corresponsabilidad recaerá en el Estado, la familia y la escuela. Agradezco la gentileza de su atención. Estoy a sus órdenes para dialogar sobre sus dudas e inquietudes.